Mi rincón


Vengo de un rincón polvoriento donde escondo tres bofetadas, dos rombos y una sonrisa bautizada por el rastro de una lágrima sobre una mejilla enrojecida de inocencia. Y entre estos trastos, un montón de recuerdos a los que desde la nostalgia imperfecta de la lejanía, echo de menos…

Echo de menos la pelusilla del belcro de las primeras zapatillas que recuerdo…
Echo de menos rascarme las crostas de mis rodillas golpeadas…
Echo de menos el amargo escalofrío de un trago de vino…

Echo de menos la tierna dictadura de unas arrugas…

Echo de menos esconderme entre las piernas de mi madre, de las manos de mi padre…

Echo de menos la mano de mi madre al pasear, mientras con la otra cogía un chut de crema para merendar…

Echo de menos abrir y cerrar los dedos de la mano descubriendo la pegajosidad después de merendar…

Echo de menos hipnotizarme acariciando las gruesas venas de las manos de mi padre, y soñar que algún día las tendría igual…

Echo de menos el olor de la cama de mis padres los domingos…

Echo de menos discutir de banalidades sin prejuicios…

Echo de menos comentar el último capítulo de Bola de Dragón…

Echo de menos no cansarme corriendo detrás de un balón…
Echo de menos jugar a canicas…
Echo de menos la impaciencia de los instantes antes de salir al patio…
Echo de menos enamorarme de una niña distinta cada año…

No echo de menos qué ninguna niña se enamorara de mí…
No echo de menos no entender como las niñas se lo pasaban bien saltando a la goma...porque sigo sin entenderlo…
No echo de menos tener que ponerme siempre de puntillas para verlo todo…
No echo de menos a mis mejores amigos porque sigo estando cerca de ellos…

No echo de menos el miedo de estar en clase sin los deberes hechos…
No echo de menos los dibujos animados porque sigo viéndolos…

No echo de menos mi barriguita lechera porque sigo teniendo la misma pero cervecera…
No echo de menos que la hora del patio fuera solamente media hora…
No echo de menos los olores a sudor avinagrado que invadían la clase volviendo de la hora del patio…
No echo de menos los mocos secos en los puños de mi bata…
No echo de menos mi bata…

No echo de menos soñar con ser mayor…


Sin duda no están todos, solo algunos de los recuerdos que quizás tú, en tu rinconcito particular también guardas.


Es bonito echar la vista atrás. La distancia suaviza las imágenes y les devuelve color, a los miedos los transforma en historias y las lágrimas las devuelve secas sobre los mofletes de una sonrisa despistada. Aún así, si que hay algo que ni el recuerdo no me ha conseguido disimular; la barriga. Estuvo, está y sin dunda, seguirá estando…

Homenaje a los que ya fuimos niños y siempre tuvimos barriga…
Posted on diumenge, de maig 02, 2010 by Xavi and filed under | 0 Comments »