Recoged este baile


Recoged este baile…


El de la mariposa con zapatos de tacón y medias de alambre de púas de rosas muertas, con el caracol de caparazón de charol y calcetines de seda de orugas explotadas en fabricas de cartón; bailando un tango sobre un jardín asfaltado de soledad, competencia y ambición…

El vals del caballito de mar con pajarita de hojalata y una bolsa de plástico de frac; pisoteando los pinchos descalzos de una joven langosta vestida de largo, con colgantes de perlas de plastilinas negras, y pendientes de espinas de pececitos ahogados…

El del pingüino de talante despistado con sombrero hawaiano, agarrado al sugerente vaivén de la cinturita de una osezna de tristeza bronceada; salseando sobre un cubito perdido en la inmensidad de un océano descongelado…

El de la copla desgarrada, que vela a las raíces muertas y enterradas bajo cementerios de tierras desertizadas, y a las costillas recubiertas de pieles olvidadas por la sed que padecen sus almas…

El de los ratones con guitarras y cajones, de maderas arrancadas de macetas colgadas sobre ilustres balcones, desde donde las conciencias vendadas del Norte contemplan, como las almas amordazadas del Sur se desforestan; y las ratitas, con sus falditas de flores pintadas con lápices de colores, y sus volantes bordados por manitas de dibujos animados; rumbeando juntos entre los escombros que se agolpan entre las callejuelas de nuestras conciencias, apresadas en ratoneras que aguardan escondidas entre escaparates de falsas verdades…

El del viento enjaulado entre barrotes de ruido y de cemento mudo; taconeando descalzo sobre frondosas nubes encharcadas de aire contaminado, salpicando de lunares azabaches a las corbatas tendidas, a las ventanas sin cristales, y a las pieles, hojas, plumas y flores, de todas las formas y colores…

El del gran ballet internacional de las cifras y las mentiras; donde el producto interior bruto, vestido con mallas doradas y chancletas de buzo, sale punteando patoso sobre las miserias del mundo, mientras lanza al vacío del escenario, a la felicidad con nariz y sonrisa de payaso, disfrazada con burbujas de jabón grapadas a un tutú de celofán, y calcetines con tomates recosidos, con los hilos que cuelgan de sus pestañas de lino. De decorado; manzanos, cisnes, gusanos y lagos de plástico barnizado, con cuerdas colgadas que estrangulan los cuellos de marionetas cosidas con ropas caras rellenas de algodón de azúcar, y manejadas por faranduleros contratados a tiempo parcial por el director del teatro, que las suben y bajan al ritmo que dicta la codicia de los aplausos del mercado…

El de las tortugas titiriteras, pávidas equilibristas con barras de caramelo edulcorado, que avanzan bailoteando insensatas sobre las finas minuteras de cristal, de relojes de pared colgados en techos de papel mojado sobre abismos de tiempos perdidos, que marcan horas cada vez más cortas y olvidan, entre las prisas por llegar, la eternidad de un instante sin contar…

El bolero de los ojos miopes y adolescentes que, en la cerrazón de salones tenebrosos, entre las inquietantes caricias del humo de grandes puros que descansan petulantes sobre ceniceros verdes de opulento papel, y embriagados de penúltimos, insaciables y mezquinos tragos de ron con cubitos de oro indecoroso; abrazan, con sus miradas temblorosas, a curvas difuminadas de sombras simples, reducidas y borrosas, de realidades diversas, complejas e inciertas, que aguardan escondidas bajo la tenue luz de una bombilla colgada sobre una mesa abandonada en un rincón del salón, donde una cucaracha desnuda, una araña descalza y un oso de peluche de lana, juegan al parchís con dados hechos con retales de nubes apedazadas sobre trocitos de aire, esperando que quizás, solo quizás, en el próximo baile, alguien los saque a bailar…

¿Quién se atreve a darles una oportunidad? No hace falta saber bailar, solo abrazar el mundo como una lágrima abraza a una mejilla, y abandonarse a la vida como una hoja se abandona a un vendaval...

Recoged éste baile…

“Naciones de la tierra, patrias del mar, hermanos
del mundo y de la nada:
habitantes perdidos y lejanos
más que del corazón, de la mirada. ”

Posted on dissabte, de setembre 18, 2010 by Xavi and filed under | 0 Comments »